Ocasionalmente, algunas personas me han preguntado cuáles son mis métodos de estudios habituales, pero con un énfasis aún mayor o más pronunciado me han preguntado, cuáles son mis libros o fuentes predilectas al momento de estudiar. Cuando tratamos de comprar un libro, siempre nos invadirá la incertidumbre, más aún con los exorbitantes precios que poseen la gran mayoría de los libros asociados a las ciencias de la salud. Por eso, cuando es momento de afrontar temas adversos, los más ávidos lectores esperan que el libro pueda responder todas sus preguntas al momento.
Esto es en gran medida, obvio, pues las personas quieren siempre mejorar de manera propia y no con la ayuda y apoyo de los demás, sólo por satisfacer algún tipo de orgullo autodidacta y autosuficiente, pero, lo que muchos no sabrán, es que esto no debe ser necesariamente así.
Así que la primera recomendación para encontrar un buen libro de medicina, es: